Argentinos Juniors derrotó por la mínima a Newell’s en condición de local. En un partido sin brillo, fue más que su rival y mereció una mayor ventaja.

Argentinos Juniors venció a Newell’s por 1-0 por la segunda jornada de la Liga Profesional de Fútbol 2021. El encuentro tuvo un saldo positivo para el equipo de Gabriel Milito a pesar de haber tenido un trámite aburrido, principalmente en la primera mitad. De todas formas, una victoria en la primera presentación como local nunca es desdeñable.

El equipo salió a la cancha con un par de retoques respecto de su última presentación ante River por la Libertadores. Matías Romero reemplazó a Jonatan Gómez y Lucas Villalba fue titular en lugar del lesionado Carlos Quintana. El nuevo mediocampo trajo consigo algunas desinteligencias típicas en la salida y la distribución, que se irán puliendo conforme los futbolistas adquieran continuidad jugando juntos. Del lado visitante, Gamboa planteó un partido más bien conservador considerando que no cuenta con tres de sus principales referentes (Ignacio Scocco, Maximiliano Rodríguez y Pablo Pérez). A la vez, el entrenador rival parecía haber tomado nota de uno de los aciertos tácticos de Gallardo del último miércoles: la superpoblación en el medio que cortó por completo los circuitos ofensivos de Argentinos. Así las cosas, el primer tiempo fue sumamente monótono. Hubo apenas una llegada clara por lado y nula intervención de los arqueros, que deberían estar sufriendo como nadie el frío de una noche porteña que arreciaba con el correr de los minutos. Los delanteros en cancha (Hauche y Ávalos en Argentinos y Cristaldo en Newell’s) rara vez recibieron limpio.

Los equipos salieron a la cancha con el mismo dibujo táctico para la segunda parte. Nada hacía pensar que fuera a romperse la inercia de los primeros 45’. Pero enseguida tuvo lugar un hecho fortuito que alteró definitivamente la dinámica del encuentro. Jonatan Cristaldo realizó una entrada tan dura como innecesaria sobre Kevin Mac Allister en la disputa de una pelota en tres cuartos de cancha. El árbitro Baliño le mostró una lógica tarjeta roja a pesar de los insultos de los integrantes del banco de suplentes leproso. Con superioridad numérica (y ante un rival que desde ese momento estuvo sin delanteros por más de un cuarto de hora), Argentinos se convirtió en el dominador absoluto del juego. El equipo se mostró más cómodo llevando las riendas del encuentro, pero no fue hasta después de las modificaciones que empezó a traducir ese liderazgo en llegadas al área rival.

Luego de los cambios, realizados a partir de los sesenta minutos de partido, la acción se concentró casi exclusivamente en el área de Newell’s. El equipo de Milito fue incrementando su hegemonía conforme corría el reloj, pero carecía de claridad en el armado de jugadas de ataque. Más allá de alguna pifia insólita aislada, hizo un trabajo paulatino de demolición que acabó por doblegar al visitante. Esto se manifiesta en las estadísticas finales: posesión de balón mayor al 70%, casi el doble de remates que el rival (13 contra 7) y 10 tiros de esquina contra 3 de la visita. El golpe de gracia llegó sobre el final, con el tanto de Villalba luego de un córner derecho bien ejecutado por Cabrera y peinado por Torrén. Minutos después, tuvo el 2-0 servido en bandeja tras una desinteligencia entre Cacciabue y Aguerre en la salida. De manera insólita, el ingresado Reniero no pudo facturar. Así terminó un partido que vale más por el resultado que por el trámite, en el que sin embargo Argentinos se mostró superior y dominador. El equipo mantuvo la línea, aprovechó las ventajas concedidas por el rival y redondeó una noche con saldo positivo, encaminando su andar en la Liga.

Síntesis