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Una historia de amor

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Sergio Batista, campeón con Argentinos como jugador y artífice de un ascenso como DT, ha tenido su merecido homenaje por la Institución: La Platea Alta llevará su nombre.

Hay nombres que quedan tallados en la historia. Algunos ni siquiera lo buscan: simplemente lo logran. Son esos que les huyen a los flashes y no contemplan la demagogia en su diccionario. Sergio Daniel Batista puede dar fe. Porque el apellido que adornaba su dorsal se escapó de las páginas doradas para quedar inmortalizado en una tribuna.

El «Checho», que brilló en todas las facetas de la cantera de Argentinos, tuvo su estreno en la máxima categoría el 20 de julio de 1981 frente a Estudiantes de La Plata (0-0). Un puñado de partidos más tarde, el volante central se convirtió en el dueño del mediocampo, y unas semanas después los hinchas ya coreaban su nombre.

Fue su destreza la que despertó los aplausos y su temple el que lo convirtió en ídolo. Su velocidad pasaba por la mente y los festejos se desataban con sus asistencias. Aunque en 1985, frente a Vélez, rompió con esa regla cuando desgarró miles de gargantas con un tanto que significó la conquista del Nacional en el estadio Monumental: el segundo torneo local que festejó en el Bicho. También alzó la Copa Libertadores de ese año y la Interamericana de 1986.

Batista brilló en La Paternal hasta 1988 cuando, luego de haberle bordado otra estrella mundialista al escudo de la AFA, mudó su talento a River. Y, dos años más tarde, la 5 de Argentinos volvió a ser suya por una temporada, que le bastó para escribir un nuevo récord: disputó 272 partidos y se convirtió en el jugador con más presencias en el club.

Pero su historia no terminó ahí. A pesar de las vueltas olímpicas, el Checho volvió a sentarse en el banco desde 2001 hasta 2003, esta vez como DT. Y, tras un ligero paso por Talleres de Córdoba, redobló la apuesta en 2004. Ahí sumó la insignia que le faltaba al ubicar nuevamente al Semillero del Mundo en la Primera División.

Por eso hoy, a sus 56 años, el club le devuelve la gentileza. Es que la Platea Alta de Gavilán llevará su nombre y será homenajeado al igual que los otros dos ídolos máximos de la Institución. El de Batista y Argentinos es un amor para toda la vida.

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