El capitán del Bicho, Gastón Machín, cumplió una centena y media de partidos en la institución en el encuentro del último fin de semana ante Newell’s.

No muchos futbolistas juegan tanto tiempo en un club y mucho menos en uno como Argentinos Juniors. La calidad de divisiones inferiores con las que contamos nos permite nutrir año tras año al mundo de jugadores que pisaron en sus inicios el mismo césped que Diego Armando Maradona o Juan Román Riquelme. Pero acá no solo se enseña a pensar y patear bien la pelota, sino también a tener sentido de pertenencia, lo cual demostró en la pasada temporada Gastón Machín.

‘Macha’ debutó en el Bicho en 2002 y permaneció durante tres años. En 2005 fue transferido a Independiente y posteriormente continuó su carrera en Newell’s Old Boys, Huracán e Instituto de Córdoba. Luego de su paso por la provincia del cuarteto y del fernet, el volante regresó al club de sus inicios en uno de los peores momentos de sus 113 años de historia.

En 2016 llegó a un equipo desvastado por el descenso que buscó, y logró, durante una temporada la vuelta a la Primera División de la mano de Gabriel Heinze. A pesar de no disputar tantos minutos como se esperaba, el hombre de la larga y cuidada melena rubia se convirtió en alguien más que importante: el gran referente y capitán de un plantel repleto de chicos del Semillero.

Tras el ascenso, Alfredo Berti se hizo cargo de la dirección técnica y apostó por un mediocampo totalmente diferente al del ‘Gringo’. Machín volvió a la titularidad con la cinta de líder en su brazo izquierdo y pudo revivir un momento que anhelaba desde su etapa por las inferiores del club, compartir campo nuevamente con Leonardo Pisculichi y Lucas Barrios.

El capitán de Argentinos participó de 36 encuentros entre la antepenúltima Copa Argentina, la pasada B Nacional y la actual Superliga. Éstos, sumados a los 114 cotejos que había jugado en su primer etapa, le permitieron llegar a los 150 partidos defendiendo la casaca del Bicho, siendo así el 57º futbolista en lograr este récord. Pero sus datos no terminan ahí, con 35 años aún continúa entrenando en el club y buscando ser una pieza clave en la misión de dejar al Semillero del Mundo lo más alto posible.