Han pasado 80 años desde aquel volver a vivir. Es que habían ocurrido muchas cosas, negativas por cierto, hasta que el sol salió nuevamente en los corazones de los simpatizantes de Argentinos Juniors.

Hay que remontarse a mayo de 1936 para encontrar el último juego en cancha propia. En el reducto de Avenida San Martín la institución encontraba su lugar en el mundo: La Paternal. Sin embargo, los serios problemas económicos que se trasladaron a lo deportivo llevaron a Argentinos a padecer el descenso a segunda categoría y a perder la locación de los terrenos que pertenecían al Ferrocarril Buenos Aires & Rosario.

Tras una caída que parecía no tener fin llegó al club un hombre que cambiaría la historia: Gastón García Miramón. Este español cambió sus gustos por el mundo de los motores por el amor por la divisa roja y blanca. Ganó las elecciones en junio de 1938 y sus primeras decisiones fueron fundamentales: una sede social y conseguir un terreno para levantar el nuevo estadio. De las deudas monetarias él se haría cargo y así fue.

Tras buscar y buscar en zonas cercanas al antiguo terreno, se llegó a obtener un arrendamiento de la llamada «Quinta de Doña María». Allí, tras algo más de un año y medio de arduo trabajo, se erigió el nuevo estadio. Emplazado entre las calles Boyacá, San Blas, Gavilán y Médanos (actual Juan Agustín García, nombre instituido por Ordenanza Municipal en 1942), se llegó al ansiado debut en el amanecer del torneo de Segunda de Ascenso el 27 de abril de 1940. Prevalecieron los nuestros gracias a los goles de Miguel Turello y Francisco Malfatti, dos goles a uno sobre Barracas Central. Ocho meses después podíamos gritar ¡CAMPEONES! y disfrutar el volver a la máxima categoría de nuestro fútbol. Pero presiones políticas-deportivas nos impidieron retornar. Y fueron otros quince largos años en el fútbol de los sábados.

La cancha, nuestra cancha, vio los goles de Héctor Ingunza, el ascenso de 1955, el equipazo que quedó a las puertas del campeonato en 1960, el debut del más grande -Diego Maradona, claro- en 1976, y si bien desde mediados del '83 hasta fines de 2003 anduvimos por otros lados festejando mucho y sufriendo otro tanto, nunca nos olvidamos del barrio. Volvimos oficialmente en enero de 2004. Le pusimos nombre y apellido en agosto de ese año y lo decimos con mayúsculas «DIEGO ARMANDO MARADONA». Pudimos otra vez festejar un campeonato en 2010 y sufrimos reveses que nos tuvieron a maltraer. Pero siempre volvimos a ser lo que somos: Argentinos Juniors, el de La Paternal. El lugar en el que estamos y del que nunca nos queremos ir.