Enrique Borrelli: "Esta idea le devolvió la vida al club"
Enrique Borrelli, coordinador de las Inferiores, analiza el desempeño de su equipo de trabajo. Pese a que reconoce que su primer semestre fue “muy malo”, asegura que esa línea hizo que Argentinos encaminara su economía. Elogia a la dirigencia, habla de la venta de Nehuén Pérez y se anima a proyectar: “Argentinos tiene fútbol para rato”.
Johan Cruyff no sólo revolucionó el fútbol con su destreza. También lo hizo al revelar sus trucos, como cuando manifestó que “es un deporte que se practica con el cerebro”. Lejos de perderse, esa máxima quedó inmortalizada. Enrique Borrelli, por ejemplo, fue uno de los que la absorbió. Y, con el correr de los años, adaptó esa frase a su trabajo: en Argentinos incorporó un Laboratorio de Neurociencias Aplicadas al Fútbol Formativo. “La parte mental es primordial, por eso empecé a trabajar mucho más la cabeza del futbolista que las piernas. Es el toque distinto que le hemos dado a la institución. No basta con gambetear o tener una buena técnica”, sostiene.
No necesitó ninguna presentación cuando arribó al club, a principios de 2016. Su recorrido previo, en el que acompañó a Américo Gallego en Independiente y Newell’s, además de haber cultivado una idea en Chacarita, le dieron el pase al Bicho. “Cuando arrancamos tuvimos un semestre muy malo desde todo punto de vista, pero supimos corregir. A partir de ahí, empezamos a estudiar qué podíamos hacer para salir adelante y no había otra opción que generar patrimonio”, reconoce.
Sin embargo, asegura que el crecimiento fue posible por el apoyo dirigencial. “Me da la impresión de que Malaspina y su gente han refundado a Argentinos. Cuando llegué, el club estaba en un proceso de quiebra”, lanza. Porque, de algún modo, las ventas de juveniles surgidos en el Semillero contribuyeron a sanear las deudas. Aunque, para el coordinador de las Inferiores, el secreto es otro: “Hay una idea que no hemos negociado con Heinze, ni con Alfredo (Berti). No hay que abandonarla, porque le devolvió la vida al club. Pagamos deudas, tenemos un plantel propio, generamos patrimonio y hay un montón de futbolistas codiciados”.
¿De algún modo continuaron el proyecto de Batista?
No. Todos los coordinadores anteriores han hecho un gran trabajo en el área de la captación, pero no encontraban el camino para que se promocionen a Primera y sean figuras. En realidad, me dejaron un poco la mesa servida, aunque yo tomé muchos riesgos. Mandar a Alexis Mac Allister y a Nico González con edad de Sexta a Primera es asumir una gran responsabilidad y lo hice por la situación del club. Mismo a Nehuén Pérez con 17, y acerté, porque ha sido vendido al Atlético Madrid. Tuvimos un gran mérito en nuestros dos entrenadores de Primera. Hace 26 meses que no paramos de crecer.
Y en esta pretemporada subieron siete juveniles a Primera…
Mi equipo y mi experiencia me hacen tomar riesgos. A mí no me importan las edades y lo hemos demostrado: pongo lo que creo mejor… Todavía no empezó el torneo, pero ya estamos preparando a chicos nuevos. No esperamos al mañana: esa es la base del éxito de Argentinos. Lo que quiero desterrar es que ninguno es el formador de un futbolista. Lo único que hago es tomar riesgos y corregir. ¿Quién lo saca? La gente. Eso es lo que nadie dice. Traerlo es fantástico, pero es sólo un eslabón.
¿Cómo fue el proceso de formación de Nehuén?
Tiene una gran ventaja: su biotipo. Cuando llegué, estaba estructuralmente formado. Le fuimos sumando lo que le faltaba y, fundamentalmente, lo hicimos competir continuamente, aún a riesgo de cualquier lesión. Yo no espero: si juegan bien y tiene una buena estructura, suben. Se lo tienen que ganar ellos con sacrificio y dentro del campo. No le regalé nada, ni a él, ni a nadie. Rendir significa, primero jugar mejor que el rival, y después ganarle, porque si jugás mejor y no ganás, para mí no rendís… Es un trabajo del día a día. Hoy entrás al CEFFA y al orden y la disciplina los sentís. Para mí, son las bases fundamentales del crecimiento.
¿Cuánto les aporta a los chicos que los referentes de Primera se hayan formado en el club?
Muchísimo. Machín es un gran líder positivo que ayuda todos los días al crecimiento de nuestros deportistas. Lo conozco mucho, porque aparte lo tuve en Independiente. También hay que sumarle a Pisculichi, que seguramente aconseja bien a nuestros jóvenes. Es un referente importantísimo. Por eso digo que no hay un sacador de futbolistas, sino que es un grupo de trabajo. Igual, para mí los grandes formadores son los técnicos de Primera: sin un DT que no respete nuestra idea, nosotros no podríamos trabajar.
Hay una idea consolidada y nombres sobran. ¿Cómo ves al club de cara a lo que viene?
Yo veo un futuro enorme. Mi contrato se termina en diciembre de 2019, pero estoy convencido de que si la Primera repite una actuación similar, porque también dependemos de esos resultados, Argentinos tiene fútbol para rato. Estoy absolutamente convencido, por lo que hicieron colegas anteriores y por los que estamos formando. Para mí, el final de la formación es cuando la gente se levanta del asiento para aplaudir a un futbolista que fue producto de nuestro trabajo. Hasta que nuestros propios hinchas no den el visto bueno, ese jugador no rindió.
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