Volver a la raíz: Entrevista con Walter Aciar
Buen juego y pelota al piso. Esa es la impronta que “El Semillero del Mundo” ha defendido a lo largo de toda su historia y que hoy más que nunca busca proteger en un fútbol cada vez más físico y reñido. Sin embargo, para lograrlo no solo hacen falta jugadores de buen pie, de esos que la cantera de Argentinos Juniors ha sacado y a montones, sino que también es necesario contar con un plus: el buen cuidado de nuestra casa. Es por esto que conversamos con Walter Aciar, el canchero del Estadio Autocrédito Diego Armando Maradona, quien junto a su equipo integrado por Nicolás Gajardo y Sergio Algañaraz se encarga de mantener en óptimas condiciones el verde césped de La Paternal.
¿Hace cuánto que estás a cargo del césped del estadio?
Ya estamos cumpliendo más de un año a cargo la cancha de Argentinos. Llegamos cuando el entrenador era Gabriel Heinze.
¿Cuánto cambió la cancha en este tiempo? ¿Cómo estaba cuando llegaron y como la ves ahora?
La verdad es que se mejoró bastante. Yo creo que si en su momento la cancha no hubiera estado mal, no hubiera venido. El técnico en aquel entonces no estaba del todo conforme con el estado del campo de juego y la dirigencia del club vio lo que venía haciendo en otras canchas que yo tenía, les gustó y pudimos empezar a trabajar. Arrancamos haciendo una planificación muy importante porque había que hacer varias modificaciones, pero por suerte ya se están viendo los resultados.
¿Crees que va de la mano con la filosofía y el estilo de juego del club tener un campo de juego en buen estado?
Sí, totalmente. Hoy en día los jugadores opinan mucho sobre el campo de juego, les interesa y les influye en todo sentido. Argentinos tiene jugadores de buen pie y reclaman que el suelo esté bueno. Desde que llegamos los cuerpos técnicos han sido exigentes, promoviendo el juego por abajo con jugadores rápidos. Así que es parte de nuestro trabajo darles un campo que esté bien y los beneficie. Hace 18 años que me dedico a esto y he pasado por varios clubes, por eso siempre digo que el campo de juego es como un jugador más, es un sueldo más. No tenemos que olvidarnos de que es un ser vivo que necesita nutrientes y que al menos dos personas le estén encima permanentemente para su cuidado. Quizás vos ves la cancha verde hoy, pero de repente se puede levantar humedad, te agarran los hongos y venís pasado mañana y encontrás el césped todo amarillo. Si no le aplicás el fungicida o la medicación, como le decimos nosotros, el pasto se te muere. Por eso es un proceso del día a día y exige mantenimiento constante.
¿Qué trabajos se le hacen a la cancha y cada cuánto tiempo? ¿Cómo es el mantenimiento?
Bueno, para empezar acá se corta día por medio el césped y se lo recolecciona. Se hace un plan de fertilización dos o tres veces por semana, con aplicación de granulado y foliar. También se hacen aireaciones. Ahora hace poco hicimos un trabajo de nivelación de las áreas porque estaban altas, por ejemplo. Esas son algunas de las tareas diarias, pero después hay varias cosas que van a apareciendo y que vamos controlando y resolviendo.
Una característica a destacar del estadio es el buen drenaje del campo de juego. ¿Se hacen tareas para mejorarlo o es algo natural por cómo está diseñada la cancha?
Es un poco de todo. La verdad que sí, la cancha drena muy bien y tiene un buen abovedado. El drenaje que tenemos hace que el agua corra para los costados, hacia las rejillas que se encuentran en el perímetro, pero es un trabajo que debe ser continuado para que no quede en la nada. Lo que hacemos es reforzar con aireaciones profundas y también se incorpora mucha más arena para que filtre mucho mejor y no sea un campo duro. Con la base que el estadio ya tiene, más lo que se va haciendo en el día a día, logramos mantener ese nivel de drenaje.
¿Cómo responde el club a las necesidades que tenés como encargado de la cancha para desarrollar tu trabajo?
Muy bien. Me sorprendió que el club está muy bien ordenado. Todo lo que necesitamos siempre está a nuestra disposición y nunca tuvimos que esperar ni por insumos ni por maquinarias. Al contrario, hace poco se trajo una maquinaria muy importante que recomendé y que gustó mucho, así que el club se hizo cargo de comprarla. Todo eso también ayuda a que nosotros podamos cumplir con nuestras tareas en tiempo y forma, porque una de las particularidades de este trabajo es que no se puede esperar para hacer las cosas “cuando se pueda”. Cuando el campo de juego necesita realmente ejecutar un trabajo o por ejemplo aplicar un fertilizante, lo tengo que tener a disposición. En este caso con la directiva tengo todo al alcance de la mano y la colaboración constante del intendente del estadio, Daniel «Batata» Taboada.
¿Cómo ves el estado de las canchas del fútbol argentino en general?
Este año fue difícil, sobre todo en lo que respecta a la siembra, por las condiciones climáticas. Tuvimos días con un clima muy loco. Igualmente tengo que decir que bien porque trabajo con muchas canchas (risas). La verdad es que fue un año complicado, pero ya están casi todas las canchas muy bien y ahora el clima va a empezar a ayudar, así que creo que van a ir subiendo cada vez más el nivel.
¿Creés que la cancha de “El Semillero del Mundo” se destaca?
Si, sin dudas. Yo tengo varias canchas, pero creo que la de Argentinos y la de Chacarita Juniors son de las mejores, sobre todo a nivel piso.
¿Qué significa para vos trabajar en Argentinos Juniors?
Es algo muy lindo. Siempre ha sido un club referente que miré y que creo que todos han mirado. Salió el Diego de acá, ni más ni menos. Así que la verdad para mí es importante estar en una institución de primera y tener el privilegio y la suerte de preparar su campo para que jueguen jugadores del nivel que tiene Argentinos. Es una gran satisfacción.
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