Argentinos Juniors madrugó a Racing y lo derrotó por 2-0. Con dos goles en los primeros 12 minutos, fue de mayor a menor pero obtuvo una victoria merecida y necesaria.
Argentinos Juniors volvió al triunfo luego de cinco jornadas sin victorias en las que el equipo mostró rendimientos similares y que parecían denotar cierta falta de reacción. En esta ocasión, la historia comenzó derecha desde el vestuario. El equipo se puso en ventaja con un lindo gol de Javier Cabrera sobre los dos minutos de partido, a instancias de una inexplicable reacción del central izquierdo racinguista Martínez, quien se desentendió de la jugada. A los doce, Kevin Mac Allister ya había puesto el 2-0 de cabeza tras un córner derecho, saltando solo entre Cvitanich y Mena. Tres minutos después, un disparo de Elías Gómez desde afuera del área casi encuentra gol.
Toda esa sucesión de llegadas (las que se habían negado tanto en otros partidos) se debió a un rendimiento sumamente interesante. En línea con lo que viene trabajando, el equipo hacía su habitual control de pelota. Pero en lugar de entretener el balón entre la defensa y el medio, era mucho más vertical y dinámico jugando con profundidad. La defensa, que recuperó su configuración de algunas fechas atrás (Mac Allister, Torrén y Villalba) se mostró invariablemente sólida. La principal clave del triunfo estuvo en la mitad de la cancha. La línea de volantes se mostró muy equilibrada y precisa. Tres rendimientos fueron notables: Javier Cabrera arrancó de bien atrás y se hizo un festín entre Eugenio Mena y Mauricio Martínez, ambos de muy pobre rendimiento. A su izquierda estaba apostado Enzo Kalinski, quien se lució en la recuperación y las habilitaciones. Detrás suyo, Kevin Mac Allister se repartía por igual entre la marca y el primer pase para iniciar las jugadas ofensivas.
Una vez que había pasado el fragor de esos primeros minutos a toda máquina, el equipo comenzó a administrar la ventaja como no lo lograba desde hacía un buen tiempo. Si bien fue perdiendo brillo con el correr de los minutos, no pasó mayores sobresaltos. Luego del entretiempo, Racing tomó la iniciativa y comenzó a presionar mucho más arriba además de monopolizar el control de la pelota. Argentinos tuvo un lapso con una actitud pasiva y denotó cierta pérdida de marca en el medio. Enseguida, Milito metió mano reemplazando al exhausto Kalinski por Matías Romero.
El trámite del partido pasó a estar mucho más trabado y deslucido, perdiendo por completo las llegadas y jugándose enteramente en mitad de cancha. Sin perder la línea (pero tampoco haciendo grandes méritos para aumentar la ventaja ante un rival anodino), el equipo dejó correr el reloj sin proponer mucho más, consciente de que antes que arriesgar necesitaba los tres puntos. A falta de 10 minutos para el final hubo un tiro de media distancia de Nicolás Reniero que se fue cerca, en lo que fue la única llegada local con algo de claridad de la segunda parte.
Sin deslumbrar, el equipo ganó con justicia valiéndose en buena medida del mal momento de su contrincante de ocasión. A propósito de ello, el triunfo tiene un valor adicional: se da ante un rival directo en la búsqueda de una plaza en las competencias internacionales, en la que la Academia supera al Bicho por dos unidades y ocupa el último lugar entre los clasificados. Después de cinco largos partidos sin triunfos, el equipo reaccionó y ganó con autoridad. Tendrá un lindo desafío el próximo domingo, cuando intente revalidar este resultado en el siempre difícil Gigante de Arroyito.
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