Argentinos Juniors cayó por 2-0 ante Defensa y Justicia en el regreso del público al Diego Armando Maradona. Tras este paso en falso, toda la atención está puesta en el partido ante San Telmo por los cuartos de final de la Copa Argentina del próximo miércoles.

El marco estaba dispuesto para una jornada inolvidable: la familia de Argentinos Juniors volvía al Diego Armando Maradona luego de más de un año y medio. Nuestro público llegó temprano, tuvo una conducta ejemplar y cumplió a rajatabla con los aforos, los protocolos y las normas de convivencia en las nuevas tribunas sin alambrados. El día estaba inmejorable, a pleno sol y con una deliciosa temperatura primaveral. Además de todo, el equipo venía en franca levantada en su pelea por ingresar a las copas. Sin embargo, la fiesta no pudo ser completa. Defensa y Justicia fue más incisivo en un duelo muy táctico, parejo y trabado y se llevó los tres puntos a partir de sus mayores méritos en el segundo tiempo.

El partido empezó con una cierta zozobra por el lado del equipo de Milito, ya que la visita se había adueñado del balón. Mediante el recurso al juego directo, el Halcón llevaba las acciones al entorno del área de Lanzillota. Sin embargo, carecía de llegadas claras. Con el transcurso de los minutos, el encuentro se volvió más trabado y las infracciones en el medio eran una constante. Defensa siguió relativamente más cerca y el arquero local intervino más que el visitante. Recién al final de la primera mitad Argentinos comenzó a probar al arco con varios disparos desde media distancia. En ofensiva, sus hombres más activos eran Nicolás Reniero (de incansable trabajo táctico) y Gabriel Carabajal (llevando la batuta del juego creativo). De todos modos, la puntería de los arietes locales brillaba por su ausencia. El Bicho pudo hacerse con el dominio de la pelota que tanto necesita para desarrollar su idea de juego. Lo que no tenía era claridad en el manejo, esa que fue tan bienvenida en las últimas dos fechas.

El inicio del segundo tiempo trajo el mejor momento en el juego de Argentinos de la mano de Gabriel Carabajal. La áspera defensa del equipo de Becacece cortaba insistentemente con faltas y el local recurrió a las pelotas paradas para asediar el área de Unsain. El equipo merodeó en esa zona durante unos quince minutos, pero pagó muy caro el hecho de no poder llegar al gol. Sobre los 63’, Luciano Gómez cometió una falta cerca del área. Alexis Soto sacó un centro estupendo y Adonis Frías se llevó todas las marcas para que Nicolás Tripicchio cabecee solo para poner el 1-0. Defensa aprovechó su oportunidad y se puso en ventaja con un tanto de laboratorio llegado en el momento menos pensado.

El gol cambió por completo la tónica del partido, pero tal vez no de la manera habitual. Milito realizó algunas variantes tácticas que modificaron el perfil del equipo. Un ejemplo difícil de comprender a simple vista fue la salida de Carabajal, quien sin dudas había sido el futbolista más destacado del encuentro. Otro sucedió minutos después, cuando Quintana reemplazó a un Villalba que no tenía lesiones o molestias aparentes. Esa sucesión de cambios (con el consecuente impacto en el perfil del equipo) pareció desorientar también a unos jugadores que perdieron la brújula. En adelante, tuvieron muy pocas intervenciones claras en ofensiva (a pesar de posicionarse en ataque) y cayeron en el juego del rival. A los 82’, Walter Bou puso cifras definitivas en una jugada surgida de la presión alta. Pudo robarle el balón a Moyano detrás de mitad de cancha y avanzar en soledad hacia el arco de San Blas ante la ausencia de Di Cesare. Fácilmente dejó en el camino a Quintana apoyándose en Pizzini para luego definir con comodidad. Los diez minutos finales fueron un mero trámite, en el que lo más destacado fue el aliento conmovedor de la hinchada que ya tenía la mente puesta en el próximo y trascendental partido ante San Telmo en San Nicolás.