Argentinos Juniors cayó por 2-1 ante Talleres de Córdoba en un partido caliente. Dejó atrás dos rachas: cinco partidos sin derrotas y tres victorias consecutivas.

Argentinos venía en plena levantada pero un sólido Talleres lo bajó de un plumazo en la tarde del jueves. El equipo de Milito, que iba camino a su mejor versión, se dio de bruces contra un rival directo y terminó con las manos vacías, en un resultado que se explica tanto por la floja tarea del árbitro Vigliano como por el oficio del rival y por algunos errores propios.

El juego había comenzado equilibrado y con un ida y vuelta constante que no llegaba a traducirse en llegadas a los arcos. Argentinos mostraba buen toque en el medio y mucho juego asociado, pero evidenciaba una notoria falta de marca en mitad de cancha. Talleres, por su parte, partía de su inclaudicable orden táctico y de una línea de volantes sumamente aguerrida, que ponía buenas pelotas en ataque para sus veloces delanteros. 

Con un estilo de juego muy aceitado que viene consolidando desde hace varias temporadas, el tallarín se sabe un equipo oportunista al que no se le debe ceder una sola chance. Y ese fue el pecado de Argentinos sobre los 30 minutos. El área de Chaves estaba repleta de jugadores visitantes, merced a una presión que nunca cesó. Franco Moyano quiso despejar sin antes levantar la cabeza y sacó un disparo muy corto que fue capturado por Héctor Fértoli. El ex Newell’s tiró un centro que cruzó toda el área y encontró la cabeza de su compañero Enzo Díaz cerca del palo derecho, mientras nada podía hacer una defensa de espaldas al arco.

El 1-0 era demasiado premio para la visita, pero se explicaba más por una desinteligencia de Argentinos que por otra cosa. A su vez, luego del tanto empezó a tomar un protagonismo negativo la figura del juez Vigliano. Nada tenía para decir ante las constantes demoras que presentó el conjunto visitante ni ante la sucesión de cortes con falta en el medio, que se repetirían durante los más de sesenta minutos de partido que quedaban. Presa de ese juego embarrado, la delantera de Argentinos carecía por completo de presencia y jamás pudo liberarse de las marcas de la disciplinada defensa cordobesa.

El equipo de Milito salió al segundo tiempo dispuesto a recobrar el protagonismo a partir de la posesión. Pero una y otra y otra vez chocó contra la última línea de su rival. La situación empeoró cuando enseguida Talleres consiguió el segundo tanto de la tarde. Retegui y Santos le hicieron el dos contra uno a un Moyano que estuvo lejos de su mejor partido. El ex Estudiantes no sólo habilitó con maestría al uruguayo, sino que además se mostró como alternativa para el pase. Jugando a las espaldas de un Quintana que quedó muy lejos de la jugada, Santos definió sin mayores problemas. Puso una diferencia que parecía irremontable a pesar de que faltara más de media hora por jugarse. Peor aún cuando cuatro minutos más tarde, Vigliano omitió el cobro de un grosero penal favorable a Argentinos luego de un codazo.

Con el correr de los minutos fueron apareciendo algunos espacios por el sector derecho del ataque, pero Cabrera poco podía hacer considerando que sus compañeros de la ofensiva estaban anulados por los centrales rivales. El árbitro redondeó su opaca labor careciendo de rigor para sancionar las repetidas faltas en el mediocampo que cortaban el juego permanentemente. Por el lado de Argentinos, la intriga radicaba en saber cuándo llegarían unos cambios que eran más que necesarios. El momento elegido fueron los últimos veinte minutos. Los ingresos de los rosarinos Jonatan y Elías Gómez acabarían por ser decisivos. A poco de ingresar, recuperaron en el medio y articularon una buena jugada que le quedó a Coronel. Este devolvió para el número 11 que clavó un gran gol colocando la pelota cerca del palo izquierdo de Herrera. El tanto vino de la primera ocasión en que el equipo pudo articular por el andarivel izquierdo del ataque, luego de más de setenta minutos de probar y probar por derecha. Sobre el final, Argentinos incluso pudo llevarse el empate por medio de un asedio constante que no llegó a forzar el error de la destacada zaga rival. Así se fue un partido intenso que se perdió por detalles, pero que puede llegar a pesar mucho en el conteo al final del campeonato, siendo que enfrente había un rival directo.