Argentinos Juniors empató sin goles ante Godoy Cruz en un partido parejo y entretenido. Mejoró su rendimiento colectivo e individual, pero volvió a padecer al momento de la definición.
Argentinos Juniors y Godoy Cruz ofrecieron un buen espectáculo en una agradable noche de primavera en el Diego Armando Maradona. Ambos equipos sacaron a relucir planteos ofensivos y atrevidos, haciendo del juego directo una bandera. Si bien hubo varias llegadas e intervenciones decisivas de ambos arqueros, tuvieron un enorme déficit en el cierre de las jugadas y fue por eso que no pudieron romper el cero en el marcador.
El equipo mendocino hizo notar desde un primer momento la aspereza de su mediocampo. Si bien sus hombres de ataque tenían movimientos interesantes, era la pierna fuerte de los volantes la que daba la nota. Una y otra vez buscaron interrumpir con falta las sociedades que Milito puso en campo para armar juego. De esa forma, el primer tiempo se volvió trabado y deslucido. La multiplicidad de faltas pequeñas no ameritó mayores sanciones por parte del juez Echavarría.
Cuando podía evadirse de eso, Argentinos mostraba una buena versión de su habitual planteo basado en la posesión de pelota. En esta ocasión, puso el acento mucho más en el juego directo y prescindió de un futbolista en posición de enlace. La búsqueda por afuera favoreció la tarea de Elías Gómez y Mac Allister, quienes fueron más volantes ofensivos que marcadores laterales. Una vez más, los problemas estaban en la finalización de las jugadas. Ávalos sigue sin reencontrarse con su nivel previo a la lesión y Reniero es la presa favorita de la marca escalonada de todas las duplas de centrales. El ex San Lorenzo tuvo una buena performance, pero siempre se vio rodeado por Ferrari y Pérez. Cuando él o Ávalos pudieron conectar, se toparon con un sobrio Espínola. Recién a los 46 minutos de la primera parte hubo una llegada muy clara del equipo local, con un remate que impactó de lleno en el palo derecho.
La segunda parte también careció de claridad, pero a pesar de ello fue atractiva por el intenso ida y vuelta que se planteó entre dos equipos que nunca dejaron de atacar. El cansancio hizo mella en el rendimiento de las líneas medias: la de Godoy Cruz dejó de ejercer esa pegajosa marca del primer tiempo y la de Argentinos se convirtió en un lugar de paso. Si bien las imprecisiones fueron la norma, hubo algunas llegadas de peligro. Matías Romero y Luciano Gómez tomaron la posta en la ofensiva y pudieron hilvanar varias jugadas interesantes. De esa forma, no pudieron convertirse en figuras pero le dieron protagonismo al arquero Juan Espínola.
A los 29’ hubo una jugada polémica en la que tanto el equipo como la hinchada reclamaron penal por mano de Breitenbruch. El árbitro Echavarría no compró los reclamos e hizo bien, ya que el rebote en el brazo del ex defensor de Independiente fue casual e inevitable. Por el lado del visitante, Bullaude se mostró como el más movedizo. Sin embargo, fueron Matías Ramírez y el ingresado Valentín Burgoa quienes hicieron lucirse a Lanzillota con dos salvadas decisivas a los 15 y a los 48 de la segunda mitad.
Así, el equipo de Milito no pudo sacarse ventajas con el de Diego Flores (al que se le debe reconocer el planteo audaz, disruptivo con el habitual juego especulativo de quienes visitan el Diego Armando Maradona). El encuentro se fue sin goles porque ambos se cansaron de proponer pero fallaron una y otra vez en la definición. Argentinos parece haber dado vuelta la página respecto de los pobres rendimientos que venía mostrando y tendrá una interesante prueba para ratificarlo cuando visite Liniers el próximo martes, en el partido más esperado del año por toda la hinchada.
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