Argentinos Juniors no pasó del empate sin goles ante Platense en Vicente López. En un partido sin brillo ni emociones, no pudo desentrañar la maraña defensiva planteada por Leonardo Madelón.

Argentinos Juniors tenía todo para recuperarse el domingo ante Platense. Habiendo dejado atrás hace un par de fechas una mala racha, se venía consolidando en el rendimiento y le tocaba enfrentar a uno de los equipos más débiles del torneo, que había recibido goles en todos los partidos disputados hasta el momento. Sin embargo, estuvo durante noventa minutos chocando contra una muralla defensiva y sin poder aprovechar el dominio en el manejo de la pelota.

El inicio del partido fue parecido al de los anteriores. El equipo de Milito controló la pelota por completo pero parecía jugar con una cadencia cansina que le quitaba sorpresa. Mientras nada sucedía, apenas asustó al local con un pelotazo de media distancia de Florentín antes del cuarto de hora. La decisión del número diez se mostró atinada, ya que ni antes ni después fue posible superar con claridad las dos líneas de cuatro planteadas por Madelón.

Platense hacía gala de mucho orden en defensa y de una marca muy férrea en el medio, mientras sus referentes se dedicaban por igual a realizar duras entradas y a condicionar al árbitro Trucco con constantes diálogos y reclamos. Eso se sumaba a la imprecisión de los hombres de ofensiva de Argentinos, siendo Nicolás Reniero el de más claridad. La tónica recién cambiaría en los diez minutos finales de la primera parte, cuando el equipo local se decidió a atacar, llegando con más claridad que su rival y alcanzando el área de Lanzillota con poca cantidad de pases. Esos instantes en que el calamar fue más vertical se fundamentaron en una presión muy intensa sobre los volantes y centrales de Argentinos, quienes buscaron salir jugando con pelota al piso absolutamente siempre. Esa presión forzaba el error y abría los espacios necesarios para sus veloces incursiones ofensivas. Esa dinámica sólo se vio interrumpida por otro tiro de media distancia de Florentín sobre los 41 minutos, muy similar al que había realizado antes.

En la segunda parte Platense volvió a olvidarse del ataque por completo y se replegó todavía más, posibilitando un juego mucho más vertical de un visitante que hizo pie en el área rival pero nuevamente sin poder pasar a la defensa. Lo inclaudicable de esa última línea calamar se sumó a la solvencia del ex Argentinos Luis Ojeda, que tuvo un par de intervenciones acertadas. El buen juego brilló por su ausencia a pesar de los acertados cambios de Milito, que consolidaron la línea pero nada hicieron para subsanar el problema que tenía el equipo en el último cuarto de la cancha. Fue justamente uno de los ingresados (Diego Sosa) quien estuvo cerca de romper la inercia a los 39 minutos del segundo tiempo con un remate desde el área chica luego de un córner izquierdo. Sin embargo, Ojeda intervino a puro reflejo una vez más para contener el disparo con su cuerpo.

Así pasó sin pena ni gloria el partido de la fecha 12, que pareció una continuidad de los dos anteriores. Si bien la situación no es preocupante, el equipo acumula cinco fechas consecutivas sin ganar a pesar de mostrarse recurrentemente superior. La Liga da revancha el próximo lunes por la tarde frente al irregular Racing de Claudio Úbeda, que también viene de cinco partidos sin triunfos pero que así y todo se mantiene en el tercio superior de la tabla.