Argentinos Juniors obtuvo un triunfo muy valioso ante Central en Rosario. Lo más sobresaliente fue el buen rendimiento colectivo en el que se puso en evidencia la idea de juego de su entrenador. Al término de la fecha, el equipo estará en zona de clasificación para la Copa Sudamericana.
Argentinos Juniors derrotó por la mínima a Rosario Central en su estadio, reafirmando su recuperación tras largas semanas de titubeos. La victoria en la dura plaza rosarina no sólo tiene valor por darse ante un rival inmediato en la lucha por acceder a certámenes internacionales en 2022. Resulta fundamental por algo menos evidente pero tal vez más importante: el resultado se obtuvo con un buen desempeño en la cancha en el que se evidenció con claridad la recuperación de la línea de juego pregonada por Gabriel Milito.
El encuentro comenzó con un dominio de las acciones ofensivas por parte del equipo local. A pesar de esa primacía, el equipo de Cristian González no podía doblegar a la defensa de Argentinos, que muy pronto sufrió la baja de su capitán Miguel Torrén. Con el correr de los minutos el trámite se emparejó, destacándose Kevin Mac Allister en sus dos facetas de juego y Nicolás Reniero en la ofensiva. Ambos futbolistas construyeron una buena sociedad. También, el equipo de Milito igualó la cantidad de llegadas del canalla, pasando a ser Argentinos el dueño de la iniciativa. Sobre los 37 minutos, el local sufrió la expulsión de su central izquierdo Nicolás Ferreyra tras una falta descalificadora sobre Javier Cabrera.
En la segunda parte, Argentinos pudo hacer valer el hombre de ventaja. Enseguida, convirtió el gol de la victoria merced a una buena combinación entre todas sus líneas. Mac Allister jugó para Kalinski, quien habilitó a Cabrera. El uruguayo picó en ventaja respecto de sus marcadores y llegó hasta la línea de fondo. Allí pudo aprovechar el error de manejo de Lautaro Blanco y centrar para el ingreso de Carabajal. El número 8 recogió la pelota tras un desvío y definió a la derecha de Broun, quien vio de cerca cómo el balón impactó en ambos postes antes de cruzar la línea de gol.
Central reaccionó volviendo a llevar la batuta en la ofensiva por varios minutos. Argentinos logró contrarrestarlo recuperando el balón (destacándose nuevamente Enzo Kalinski en ese aspecto). A partir de la ventaja, la posesión y el hombre de más, el partido se volvió mucho más fácil y fue manejado con solvencia como no sucedía desde hacía mucho tiempo, con excepción del pasado lunes ante Racing. El equipo tuvo varias posibilidades de estirar esa ventaja, en buena medida a partir del gran protagonismo de Nicolás Reniero en ese pasaje del juego. Si el segundo gol no llegó se debió a algunas impericias propias y a buenas respuestas del arquero centralista Jorge Broun. Sin embargo, la línea de ataque ha mostrado una gran evolución en su rendimiento en las últimas jornadas. Aparentemente, ha hallado una fórmula que le provee mejores resultados.
En el contexto de un partido atractivo y bien jugado por ambos equipos, Argentinos fue superior y ganó con autoridad. Ahora, vuelve a mirar la tabla de clasificación a las copas a sabiendas de que se cargó consecutivamente a dos rivales directos como Central y Racing (cuya línea terminó igualando tras su empate posterior ante Estudiantes de La Plata). Lo mejor no pasó por la victoria en el siempre intimidante Gigante de Arroyito, sino por el rendimiento sólido en el que se plasmó un estilo bien definido: el que pregona su entrenador.
Foto gentileza: Rosario Central
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